Soy Carolina Sagredo Fundadora y Ceo de Corealina, gracias por estar aquí. Muy contenta de compartir con ustedes la misión y visión de Corealina, empresa que tiene el propósito de entregar autenticidad e innovación en ciencia cosmética coreana.
Corealina es más que una marca, es la materialización de un sueño. Surgió como una tesis personal, un proyecto creativo nacido desde el amor, la perseverancia y la visión para demostrar a mi hija e hijos que los sueños se pueden materializar, que cada camino en este mundo puede forjarse con alegría y bienestar. Cada paso que he dado, cada esfuerzo, ha sido impulsado por un único deseo: enseñarles que podemos transformar lo intangible en algo tangible, poderoso y significativo, sin que reciban como transferencia la idea del trabajo duro y la falta de recompensa. Andrés mi marido y yo hemos dedicado nuestras vidas al arte, al quehacer creativo, yo desde la actuación y dirección y el desde la composición musical, ese trabajo que ha acompañado el desarrollo de nuestra familia siendo muy jóvenes no siempre ha sido visible, pero si profundo y significativo. Hoy quiero mostrarles que ese mismo proceder y metodología artística que he desarrollado durante años puede ser el camino para crear algo que impacte al mundo, transforme vidas, inspire, genere belleza y bienestar.
Corealina surge como una creación que tiene su origen en el teatro, donde ética y estética se funden para dar paso al fenómeno de lo teatral, donde el público es la pieza final y fundamental de la obra, es por eso que entrego productos éticos, sustentables, sostenibles, empaques ecológicos, y un mensaje de amor, esperanza, autocuidado y salud.
Corealina no es simplemente una empresa; es el legado a mi familia, la constatación de que perseverar en los caminos sinuosos es vital.
Corealina es el reflejo de una historia de amor, arte y resiliencia, que encuentra su fuerza en los momentos más difíciles y su inspiración en lo más profundo de nuestra conciencia. Cada producto seleccionado lleva consigo ese pedacito de historia, esa dedicación silenciosa y constante que se ha cultivado con el tiempo.
Así es como Corealina se construyó: desde la sensibilidad creativa y la perseverancia inquebrantable, para ofrecer al mundo no solo un producto, sino una experiencia que busca transformar, inspirar y cuidar a cada persona que decida acompañarnos en este recorrido, en un mundo donde lo superficial a menudo eclipsa lo esencial, Corealina brilla con la luz de la integridad, la sensibilidad, la fuerza, la salud y el bienestar. Corealina es una invitación a cuidarse desde adentro, a vivencias la belleza desde el bienestar y la armonía entre cuerpo y alma. No ha sido fácil; los desafíos han sido muchos, pero todo esto ha sido parte del proceso: de pasar de lo conceptual a lo concreto, de las ideas a los productos. En esos momentos difíciles, me reconfortaba pensar en que este proyecto es la prueba de un proceder creativo de años. En todo este viaje, mi familia ha sido mi mayor inspiración y apoyo. Andrés, Paz, Diego y Theo han estado a mi lado en cada paso, recordándome por qué es tan importante para mí mostrarles valores y vivencias desde el ejemplo y construir un manifiesto y legado de amor.
Mi misión es clara: potenciar la belleza de cada persona en su diversidad y singularidad. Creo que la belleza proviene de la autenticidad y el bienestar, toda nuestra línea de productos es formulados con ingredientes naturales utilizados tradicionalmente en la medicina coreana e innovación en avanzada tecnología, cada ingrediente es elegido con cuidado, cada fórmula es desarrollada con pasión, y cada resultado es un testimonio de dedicación y excelencia. Corealina es la Simbiosis de naturaleza-ciencia y la innovación está en el corazón. Lo mejor de la naturaleza con los avances más recientes de la ciencia crean productos eficaces y seguros.
Hoy también celebramos algo más profundo y significativo: el poder de las mujeres y por eso debo mencionar y agradecer a mi mamá Rosa Silva, que, aunque ya no está en este plano sigue presente como la mayor fuente de fortaleza y me enseñó con su ejemplo que no hay nada más poderoso que la determinación y el amor. Corealina lleva su esencia en cada paso que doy, porque cada avance en este camino ha sido alimentado por su resiliencia, y su corazón. Su legado de amor incondicional me acompaña hasta el día de hoy.
Corealina se erige como un baluarte femenino que me desafía a actuar con fuerza, claridad, promoviendo una visión donde cada mujer, cada persona se sienta soberana, integrada y relevante, asegurándome que cada paso que doy es un paso hacia un mundo más equitativo e inclusivo.
Gracias por ser parte de esta visión, por creer en la misión de Corealina y por acompañarme en este camino donde la naturaleza se cuida, la efectividad se siente, la belleza florece, cada producto es un recordatorio del poder de la naturaleza y de mi vínculo irrenunciable con el arte y el amor a mi familia.
Con gratitud y esperanza
Carolina Alejandra Sagredo Silva